lunes, 9 de mayo de 2011

Ya no sé qué está bien, qué está mal. Para dónde ir, adónde no. Si seguir, si detenerme, o tal vez, volver atrás.
No, atrás no. Es imposible volver atrás. Podés volver atrás físicamente, pero emocionalmente, psíquicamente, mentalmente, todo está ahí, todo lo hermoso, todo lo malo, lo perjudicial, todo, sigue allí, golpeteando contra tu cráneo como gotitas de lluvia contra la ventana. Las ves una y otra vez. Las sentís, las oís... Aunque vayas y te encierres en tu cuarto, y pongas la música bien alta; aunque no escuches, no veas el golpeteo, sabés que sigue allí. Sabés que aunque no veas, aunque intentes olvidarte, y tal vez, por unos segundos o hasta minutos lo logres, muy en el fondo, sabés que la lluvia no cesará sólo porque lo deseés.
Mi mente no va a volver atrás no importa cuánto lo desee. Lo único que resta por hacer, es acostumbrarse a vivir bajo la lluvia.

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